Martin Gardner, el esceptico que creia en Dios

El pasado 22 de mayo falleció a los 95 años Martin Gardner, considerado por muchos el padre del movimiento escéptico moderno. Célebre debido a su columna “Juegos Matemáticos” publicada durante 30 años en la revista Scientific American, Gardner dedicó buena parte de su vida a la investigación científica de fenómenos paranormales.  En una aparente paradoja, este renombrado escéptico no tenía empacho en manifestar su creencia en un dios.

Lo siguiente es un extracto de una entrevista con Michael Shermer de la revista Skeptic, en la cual Martin Gardner explica sus creencias religiosas y la manera en que las justifica en el marco de su enérgico escepticismo.

Skeptic: Inevitablemente el escepticismo lleva a la cuestión de dios. Tú te defines como fideísta.

Gardner: Me llamo a mí mismo un teísta filosófico, o a veces un fideísta, alguien que cree en algo en base a razones emocionales más que razones intelectuales.

Skeptic: Seguramente esto le parecerá a los lectores una especie de paradoja para un hombre que es tan escéptico acerca de tantas cosas.

Gardner: La gente piensa que si no crees que Uri Geller puede doblar cucharas entonces debes ser un ateo. Pero yo creo que se trata de dos cosas diferentes. Me defino como teísta filosófico en la misma tradición de Kant, Charles Peirce, William James, y especialmente Miguel Unamuno, uno de mis filósofos favoritos. Como fideista no pienso que haya ningún argumento que pruebe la existencia de dios o la inmortalidad del alma. Lo que es más, estoy de acuerdo con Unamuno en cuanto a que los ateos tienen mejores argumentos. Así que se trata de una creencia emocional quijotesca que en realidad esta en contra de la evidencia y de las probabilidades. El ensayo clásico en defensa del fideísmo es “La Voluntad de Creer” de William James. El argumento de James, en esencia, es que si tienes una fuerte razón emocional para sostener una creencia metafísica, mientras ésta no sea fuertemente contradicha por la ciencia o el razonamiento lógico, entonces tienes derecho a dar un salto de fe si esta creencia te provee de suficiente satisfacción.

Los ateos se enfurecen cuando uno toma esta posición por que ya no pueden discutir contigo, igual que si se tratara de determinar si te gusta la cerveza o no. Para mí se trata de un asunto enteramente emocional.

Skeptic: ¿No podría alguien usar este mismo argumento a favor de supersticiones New Age? ¿No podrían citarte para defender sus creencias?

Gardner: Podrían usar ese argumento, excepto que el New Age incluye toda una serie de creencias que pueden ser refutadas empíricamente. Como la reencarnación - la evidencia en su contra es devastadora. La mayoría de los seguidores del New Age aceptan las creencias de los parasicólogos. Creen en percepción extrasensorial, piroquinesis y canalizaciones. Tenemos evidencia muy fuerte en contra de estas creencias. Así que pienso que hay una gran diferencia entre la creencia en dios y la creencia en lo paranormal.

William James dejó esto bien claro en “La Voluntad de Creer”. En primer lugar, debe tratarse de un salto de fe acerca de algo que tenga una importancia fundamental para el individuo. En segundo lugar, debe tratarse de algo para lo que no exista ninguna evidencia empírica o argumento lógico sólido en su contra. Así que hay algo radicalmente diferente acerca de la creencia en una mente detrás del universo, y el conjunto de creencias que el movimiento New Age presenta.

Skeptic: Entonces, cuando dijiste que los argumentos de los ateos son mejores, debes querer decir que son sólo ligeramente mejores.

Gardner: Bueno, son mejores en el sentido de que los teístas tienen un tremendo problema al tratar de explicar la existencia del mal, y para mí ése es el argumento más fuerte en contra de dios. Si existe un dios y éste es todopoderoso e infinitamente bueno ¿por qué permite la existencia del mal? El mal existe, entonces ¿es dios todo bondad pero no todopoderoso? ¿O es todopoderoso pero no todo bondad? Ese es n argumento muy poderoso y desconozco una buena respuesta a él.

Skeptic: ¿Y que hay respecto a la vida después de la muerte?

Gardner: Si tienes cualquier tipo de creencia en dios, creo que tienes que creer en un dios personal, en cierto sentido. Esto es, tienes que asignarle a dios algo análogo a la mente humana por que ese es el tipo de mente más desarrollado con el que tenemos familiaridad. Si dios es solo otra manera de referirse a la naturaleza entonces pienso que sería mas honesto hacerse llamar humanista.

Skeptic: Entonces dios no es el dios de Spinoza.

Gardner: Así es. Yo considero a Spinoza esencialmente como ateo, por que para él dios y la naturaleza son sinónimos. En sus escritos bien puedes reemplazar el término “dios” por el término “naturaleza” y nada cambia en absoluto.

Skeptic: Eso no es lo que la gente quiere decir con “dios”

Gardner: No, y por supuesto que si crees en un dios personal debes hacerlo en un sentido análogo, así que a veces me gusta considerarme un positivista teológico por que estoy de acuerdo completamente con Camap en que las preguntas metafísicas no tienen ningún sentido - si no puedes abordarlas por la lógica o por la ciencia en realidad no puedes decir absolutamente nada acerca de la pregunta en sí.

Si me preguntas detalles acerca de la naturaleza de dios tendría que contestarte “No lo sé”. El tipo de dios en el que yo creo es tan completamente trascendental e integral que en realidad no es posible decir nada acerca de su naturaleza. Por ejemplo, preguntar si dios esta dentro o fuera del tiempo, no tengo idea de lo que esto significa o de cómo responder a esto. Puedo entender argumentos que dicen que dios esta dentro del tiempo, viniendo de teólogos de proceso; por otra parte puedo también entender argumentos que colocan a dios fuera del tiempo, en algún tipo de dimensión en la que el tiempo no tiene significado. Pero éstos son argumentos metafísicos y Camap diría que son preguntas sin sentido, y yo estaría de acuerdo con él.

Skeptic: Tú rezas ¿cierto?

Gardner: sí, lo hago.

Skeptic: ¿Lo haces? ¿Todos los días?

Gardner: No, no todos los días. Pero pienso que si crees que existe un creador con una mente de alguna manera análoga a la tuya, el impulso a rezar es bastante fuerte. Obviamente no pides que se altere el clima o que se ayude a tu equipo de fútbol a ganar. Pero pienso que si crees en dios en cualquier forma entonces tienes un impulso a la adoración en el sentido de ofrecer agradecimiento y solicitar perdón.

Skeptic: ¿Y tu esposa?

Gardner: Mi esposa es judía. Somos un matrimonio mixto. Ella proviene de un entorno judío y yo de uno metodista, pero ambos terminamos fuera de cualquier tradición eclesiástica. No voy a la iglesia y ella tampoco.

Skeptic: ¿Y que pasa con la inmortalidad?

Gardner: Pienso que si crees en un dios personal tienes derecho a tener esperanza en ella. Pero se trata más de una esperanza que de cualquier otra cosa. Definitivamente no existe evidencia de la vida después de la muerte, ni ningún argumento racional a favor de ella. De nuevo, los ateos tienen los mejores argumentos por que es obvio que nuestra mente depende de nuestro cerebro físico, y si nuestro cerebro es destruido entonces ¿cómo podríamos vivir de nuevo?

Skeptic: ¿No podrías tomar tu salto de fe en este caso?

Gardner: No pienso que puedas creer en un dios personal sin creer en la posibilidad de la inmortalidad.

Skeptic: En otras palabras, si vas a dar un salto de fe, entonces puedes dar ambos saltos.

Gardner: Si, por que dios sería un dios muy peculiar si no permitiera algún tipo de justicia en el universo. Si no hay ninguna vida después de la muerte entonces no existe ninguna justicia. La esperanza de una vida después de la muerte esta muy relacionada con el dios personal. Kant creía en la inmortalidad y la defendía con lo que yo llamaría argumentos pragmáticos. El negaba que existieran ningunos argumentos racionales para la creencia en dios o la inmortalidad, pero la defendía con base en que es la única manera de convertir al universo en un universo moral. Era un argumento esencialmente fideísta. William James escribió todo un libro al respecto, y Pierce, Unamuno y muchos filósofos más en el pasado distante hasta tiempos de Platón creían en la inmortalidad.

Descanse en paz Martin Gardner, una mente privilegiada que en estos momentos, de alguna manera, tal vez ya haya resuelto muchas de las incógnitas que ocuparon su brillante mente durante su larga y prolífica vida.

Comentarios

Anónimo dijo…
Me ha gustado mucho la entrevista, muy interesante y en cierto modo coincido bastante con Gardner. Pero creo que todo su "entramado intelectual" para justificar su dios es una treta mental para mitigar su miedo a la muerte.
Estoy de acuerdo contigo; sospecho que a final de cuentas a Gardner lo movía el mismo instinto de "tiene que haber algo más que esto" que de una manera u otra a todos nos permea